Cada uno de los estadios de
desarrollo indicados por edades, si bien sujetas a variaciones, constituyen
para Piaget verdaderos referentes con relación a lo que “se espera” que el
sujeto responda según el momento evolutivo.
Las aptitudes y manifestaciones
del niño permiten ubicarlo en el estadio madurativo correspondiente. Y para
captar estos datos se aplica el método piagetiano que consiste en ofrecer a
niños de distintas edades, problemas o ejercicios con incógnitas para observar
cómo llegan a su resolución. El modo en que lo hacen determina su nivel de
desarrollo. Y en un segundo momento, en diálogo con cada uno se les pregunta
acerca de la tarea que realizaron, para registrar sus caracteres individuales,
analizando las razones que fundamentan sus respuestas y observando con detalle
su conducta.
Este método que ha alcanzado gran difusión y que fue
originariamente aplicado en el Centro Internacional de Epistemología Genética
de Ginebra, ha brindado valiosos resultados en los variados campos del saber y
especialmente en la pedagogía. Las
elaboraciones de Piaget provocaron una
verdadera revolución y ocuparon intensamente
a los educadores en la aplicación y desarrollo de sus propuestas.
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